
La importancia de sentirte sostenida: cuerpo, mente y estructura
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No es solo el cuerpo el que necesita apoyo
Vivimos en un mundo donde todo empuja hacia la autosuficiencia, el rendimiento, el hacer sin parar. Pero lo que muchas veces callamos —hasta que el cuerpo grita— es la necesidad profunda de sentirnos sostenidas. No solo físicamente. También emocional y mentalmente.
El yoga, y especialmente el yoga kurunta, nos recuerda esto con cada cuerda, cada apoyo, cada postura colgada: no estás sola, no tienes que sostenerlo todo tú.
¿Qué significa sentirse sostenida?
Sostén no es dependencia. Es saber que hay una estructura confiable que te permite soltar.
En el cuerpo:
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Apoyarte en una pared, una cuerda o un bloque para liberar tensiones
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Sentir que no necesitas hacer fuerza extra para mantenerte en pie
En la mente:
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Dejar de anticipar, controlar y resistir constantemente
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Saber que puedes soltar la alerta, aunque sea por unos minutos
En la vida:
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Tener rutinas, espacios o personas que te contienen
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Crear rituales que te recuerdan quién eres cuando todo se mueve
El cuerpo responde cuando se siente contenido
Cuando el cuerpo recibe un apoyo físico estable, entra en modo reparación. Esto ocurre gracias a la activación del sistema parasimpático, que:
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Baja el ritmo cardíaco
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Reduce la producción de cortisol (hormona del estrés)
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Mejora la digestión y el descanso
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Libera tensiones musculares
Por eso, en yoga terapéutico, restaurativo o kurunta, se usan soportes físicos reales. El cuerpo lo interpreta como seguridad. Y eso se refleja en la mente.
Yoga kurunta: estructura externa, liberación interna
Colgarte en una cuerda que está bien anclada te permite hacer algo que no hacemos casi nunca: confiar y soltar.
Te sostienes, sí, pero no por esfuerzo. Te sostiene la estructura.
Esto tiene un eco emocional fuerte:
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Puedes dejar de resistir
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Puedes moverte con menos miedo
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Puedes respirar más profundo sin apretar
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Puedes descansar sin sentir culpa
El sostén también es un tema de salud mental
Muchas personas con ansiedad, insomnio o fatiga crónica no logran relajarse porque no sienten el entorno seguro. El yoga con soportes físicos —paredes, cuerdas, bloques, una voz que guía— recrea una experiencia de sostén profundo, incluso si no pueden nombrarlo.
Es un entrenamiento somático: le enseñas al cuerpo cómo se siente estar sostenida, para que luego la mente pueda recordarlo cuando lo necesite.
¿Quién necesita este tipo de práctica?
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Personas con ansiedad, insomnio o burnout
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Quienes sienten que llevan mucho tiempo “aguantando”
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Mujeres que cuidan a otros y olvidan sostenerse a sí mismas
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Yoguis con lesiones o en procesos de duelo/cambio
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Cualquiera que quiera reaprender el descanso desde el cuerpo
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